Gracias a la atención plena descubrimos nuestras tendencias de pensamiento. Cómo estamos permanentemente pensando, torturándonos con el pasado o con el futuro, comparándonos con los demás o convirtiéndonos en personas infelices buscando continuamente el placer y evitando el dolor.
Gracias a la atención plena nos deshacemos de estos hábitos y aceptamos la vida como es y los acontecimientos como son. Una cosa es el dolor que existe en la vida para todos y otra cosa es el sufrimiento que le añadimos nosotros cuando no aceptamos las cosas como son.
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