Para muchas personas, las Navidades son una época feliz e ilusionante, llena de bonitos recuerdos y de encuentros con amigos y familia. Sin embargo, para otras personas, estas fechas son motivo de tristeza, ansiedad y estrés. Algunos se encuentran con la soledad, deben lidiar con familias complicadas o conflictivas, lamentan la pérdida o enfermedad de un ser querido, o simplemente les desagrada y estresa la vorágine de compras y consumismo impuesta por nuestra sociedad.

Sea cual sea tu actitud hacia estas fechas, ¿cómo puedes afrontarlas con serenidad?

1- Rescata el verdadero sentido de la Navidad: la conexión con otras personas, el cultivo de la compasión, solidaridad y generosidad, los nuevos propósitos… Aunque la sociedad nos empuje a consumir, lo que verdaderamente nos llena es centrarnos en las relaciones con nuestros seres queridos. Según los estudios, poner el foco en conectar con los demás es de los mayores predictores de felicidad.

Podemos alimentar la ilusión al recuperar su verdadero sentido: acompañar, cuidar al otro, agradecer, acoger al que lo necesita, al que está solo… Estos valores hacen de las Navidades unas fechas especiales e ilusionantes para muchos. Los rituales y las celebraciones son la excusa perfecta para reencontrarnos con las personas que queremos y mostrarles que son importantes para nosotros. Céntrate más en dar que en recibir, en que los demás se sientan a gusto, valorados… este es el mejor regalo de Navidad que puedes hacer.

2- Permítete sentir cualquier emoción. Para empezar, date permiso a no sentirte tan alegre como se espera en estas fechas. Desde pequeños, nos enseñan que esta temporada es una ocasión para celebrar y conectar con los demás. No obstante, para muchos la realidad no se ajusta a estas expectativas armoniosas, y exigirnos sentir algo que no sentimos solo causa más malestar. Nuestra mente puede jugarnos una mala pasada lanzándonos la imagen de otras las familias pasando una velada de ensueño, perfecta… pero esto es solo un mito. La realidad es que la mayoría de las personas padecen sentimientos de todo tipo en estas fechas.

Haz sitio a tus emociones, sean del tipo que sean. Reconoce la tristeza, la ansiedad, que echas de menos a la persona que falta… Valida cada emoción, sin juzgarte por sentirlas. Recuerda que son emociones humanas, normales. No son peligrosas, puedes dejarlas estar. Son visitantes temporales.
Una forma de conseguir lo que te proponemos es hablándote de forma comprensiva y con amabilidad. Tú no has elegido sentirte así. Reconfórtate a ti mismo cómo harías con un ser querido. Por ejemplo: “Es normal echar de menos a mi padre”, “Esto es un momento de nostalgia”…

3- Prepárate para gestionar adecuadamente los encuentros familiares, estableciendo límites razonables.

Identifica con antelación qué personas o situaciones te resultarán más tensas. Así, podrás preparar una forma más eficaz de afrontarlas sin que te pillen desprevenido. Recuerda hacerlo con actitud conciliadora y de perdón. Sabemos que supone un esfuerzo, pero ¿por qué no ser tú el primero en enterrar el hacha de guerra?

Decide cómo te comportarás en cada una de esas situaciones, qué dirás… Plantéate aspectos como:

  • ¿cuánto tiempo quiero permanecer en esta reunión?
  • ¿de qué temas quiero hablar y cuáles prefiero evitar?
  • ¿con quién me apetece sentarme?
  • ¿llevaré mi coche para marcharme cuando quiera?, etc.

Puedes incluso preparar respuestas concretas. Por ejemplo, contestar a preguntas incómodas diciendo “Prefiero no hablar de este tema, que para mi es delicado”.

Practicar estas conversaciones en imaginación cuando estés tranquilo te ayudará a afrontarlas de manera más calmada in situ.

4- Ajusta tus expectativas y practica la gratitud.

  • Acepta a los demás con sus diferencias. Olvídate de los intentos de cambiar a otros miembros de tu familia o de pretender que se comporten como tú consideras “razonable”. Acéptales con sus defectos y trata de centrar tu atención en sus aspectos positivos para valorarlos. En ocasiones, es necesario “obligarnos” a poner el foco en lo positivo que hacen los demás para no perderlo de vista. Practicar la gratitud te permitirá sentirte más afortunado y mejorará tu relación con los demás. Te animamos a que la gratitud sea tu brújula esta Navidad y que dejes las rencillas del pasado atrás. Puedes acompañar tus regalos con una nota de gratitud o expresarla directamente a tus familiares. Es algo que impacta y que genera un ambiente muy positivo.
  • No te empeñes en buscar la aprobación de los demás. Esto genera mucha ansiedad y está fuera de tu control. Elige vivir en función de tus valores y no te centres únicamente en la opinión que los demás tendrán de ti.  Te animamos a practicar la amabilidad, pero no para “caer bien”, sino desde tus valores.

5- Practicar mindfulness será una gran ayuda. Cuando tu mente se deje secuestrar por pensamientos negativos o te sientas sobrepasado por la actividad de estos días, observa tus pensamientos desde la distancia, con curiosidad, recordando que son producto de tu mente, y no hechos. Recuerda que las emociones, sensaciones y pensamientos son como olas que vienen y se van, temporales.

  • Tratando de permanecer en el presente disfrutarás más de los momentos buenos (saborear una comida rica, escuchar a los demás con todos los sentidos, observar el entorno al pasear, etc.).
  • Cuando detectes que te empiezas a poner nervioso o tenso, tómate un tiempo para estar a solas y centrarte en tu respiración, conectar con el momento presente y recordar tu objetivo.

Si necesitas información sobre este tema, te animamos que visites el apartado “Mindfulness” de nuestro blog.

6- Perdona y perdónate. Cuando nos vemos expuestos a heridas o conflictos del pasado, es habitual fustigarnos y dar vueltas a lo que pasó. Practica el ejercicio de dejarlo ir. Por mucho que lo pienses, no puedes cambiar el pasado. Acepta lo que ocurrió y trata de verlo como un importante maestro que encierra una enseñanza para el futuro.

7- Cuídate y recarga tus pilas. Si sabes que se avecina una época más difícil para ti, dedica un tiempo extra a recuperarte emocionalmente. Haz ejercicio físico, actividades que disfrutes y apóyate en las personas con quien te sientes bien y seguro. Sé proactivo para organizar planes con personas con quien realmente conectas.

8- Recuerda que estas fechas pronto pasarán. Si te sientes abrumado, piensa que dentro de nada serán solo un recuerdo.

Esperamos que, a través de validar tus emociones, de cultivar la gratitud, de valorar lo positivo de otras personas, de buscar un equilibrio entre aceptar sus diferencias y poner límites, de perdonar y, sobre todo, de conectar con aquellos que quieres… logres afrontar con serenidad estas fechas para hacer de ellas una experiencia más llevadera o incluso, positiva.

Si tu situación es particularmente difícil y sientes que no eres capaz de afrontarla solo o sola, considera recurrir al apoyo profesional.

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