Christine Carter, de la Universidad de Berkeley, y del equipo de Greater Good Science Center nos recomienda una serie de pautas para que los niños reduzcan en lo posible hacer trampas.
Lo primero a tener en cuenta es que los niños aprenden a ser tramposos de la sociedad, de su entorno y de sus propios padres. Por ejemplo, cuando miramos para otro lado y con bastante indiferencia a la enorme corrupción que nos rodea. Este puede ser un tema importante para hablar con tus hijos a la hora de inculcarles valores.
A la hora de hablar con ellos te pueden ser de utilidad alguna de estas preguntas:
- ¿Crees que los niños de los cuentos engañan y hacen trampas?
- ¿Por qué crees que lo hacen? ¿Qué piensas sobre eso?
- ¿Qué se puede hacer para mejorar esta sociedad y reducir la mentira la corrupción o el robo?
Diversas investigaciones demuestran que las personas enfocadas en su crecimiento personal (ético, espiritual), y no en logros externos (como el éxito o el dinero) hacen menos trampas y se desempeñan mejor en su entorno académico y en el trabajo.
Algunas cosas que podéis hacer como padres para reducir la posibilidad de que vuestro hijo haga trampas:
- Inculca el deseo y la motivación por el crecimiento personal. Las investigaciones demuestran, que aunque los niños nacen con la capacidad de ser éticos, la familia y la escuela deben fomentar y educar en estos valores
- Fomenta el amor por el aprendizaje. Aquellos alumnos cuyos padres valoran los resultados externos en la escuela (rendimiento o el éxito) hacen más trampas que aquellos cuyos padres ponen el acento en el aprendizaje, en la mejora y en el desarrollo personal.
- Si descubres a tu hijo, engañándote, pregúntate si es un episodio aislado o forma parte de un comportamiento habitual. Plantéate como intervenir ayudándote de los profesores.
- Tanto padres como profesores deben ser respetuosos y honestos, lo que ayudará a los alumnos a responder del mismo modo.
- Premia el esfuerzo frente al resultado.
- Si eres maestro se justo en tus calificaciones.
- Una de las razones principales por las que los niños engañan en el entorno académico es porque sus compañeros lo hacen. Observar cómo sus compañeros hacen trampa les lleva a imitarles, pensar que pueden salir perjudicados si no lo hacen, a sentirse como el tonto de la clase y a desteñir sus principios éticos
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