Muchos de nosotros no hemos tenido buenos modelos que nos muestren cómo tener una relación de pareja duradera y satisfactoria.
Pero nunca es tarde. Si te lo propones y trabajas por ello puedes aprender habilidades y recursos que te ayuden a conseguirlo. No lo dudes. Es cuestión de proponértelo y pasar a la acción.
¿La clave?: Aprender a mantener una comunicación consciente y no violenta.
- Acepta a tu pareja como un ser humano igual que tu, con las mismas necesidades de ser amado y las mismas dificultades. En vez de juzgarle, acéptale. Ayúdale en su camino.
- Deshazte del viejo hábito de empeñarte en tener razón. Hay muchos puntos de vista en el mundo y cada uno tenemos el nuestro. Intenta aprender del otro y no te empeñes en imponer el tuyo.
- Estate abierto a la posibilidad de estar equivocado. No pasa nada. De los errores podemos aprender y mucho. Cuidado con ese perfeccionismo que nos impide reconocer nuestra maravillosa humanidad e imperfección.
- Acostúmbrate a pedir perdón. “Siento mucho si te he herido. No era mi intención”, Que no transcurran más de 15 minutos sin hacerlo después de una discusión. Evita prolongar los conflictos mediante el castigo de tu silencio. Pedir disculpas es el mejor bálsamo para la relación.
- Recuerda que no es lo que el otro hace lo que te duele, sino el modo en que lo evalúas. Pregúntate si lo estás magnificando y porqué te molesta tanto.
- Si es algo importante, espera a un momento adecuado y háblale desde el corazón. Dile cómo te sientes y que le pedirías mediante sugerencias positivas, sin acusar y sin exigir.
- Valora cualquier esfuerzo o pequeño cambio en la dirección que le has sugerido y agradéceselo.
- Ve al fondo y descubre la forma específica de cada uno para mostrar su amor. Descúbrelo. No exijas que las cosas sean como tu deseas
- Por último, ten en cuenta: empieza por dar tu aquello que le pides al otro. Si los dos pensáis en hacer feliz al otro, tendréis el éxito garantizado.
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